Muchos inversionistas ven en la hotelería colombiana una oportunidad atractiva: turismo en crecimiento, activos inmobiliarios con potencial de valorización y una demanda sostenida en destinos urbanos y vacacionales. Pero una decisión suele pasarse por alto con ligereza: elegir al operador correcto. La rentabilidad de un hotel no está garantizada por su ubicación ni por su diseño. Está determinada, en gran parte, por quién lo opera y bajo qué modelo.
Los cuatro modelos de operación hotelera en Colombia
Colombia tiene, a grandes rasgos, cuatro formas de operar un hotel:
- Cadenas tradicionales como Hilton, Marriott o Accor. Exigen altos estándares, cobran comisiones considerables y muchas veces definen hasta el mobiliario. Aportan reconocimiento internacional, pero poca flexibilidad.
- Franquicias como Wyndham, GHL o Ayenda. Ofrecen un modelo de marca replicable con ciertas pautas operativas. El inversionista asume gran parte de la operación pero bajo reglas de marca.
- Operadores de marca blanca, que gestionan el hotel sin imponer una marca visible al público. Son expertos locales que aportan conocimiento operativo, comercial y financiero sin los sobrecostos de una franquicia.
- Autogestión por parte del dueño, que puede parecer atractiva por control total, pero suele carecer del conocimiento necesario en revenue management, canales de distribución y control de costos.
Por qué la marca blanca puede ser el modelo más rentable
El modelo de marca blanca permite al inversionista controlar la oferta de valor del hotel, ajustar el concepto al mercado local e internacional y reducir comisiones corporativas. Pero su verdadero valor está en la ejecución: no cualquier operador puede implementarlo con éxito.
Un operador de marca blanca con experiencia puede lograr mejores ocupaciones, mayores ingresos por habitación y un EBITDA optimizado gracias a su flexibilidad operativa. Esto se traduce en valor para el activo, especialmente si el objetivo es obtener flujo de caja mensual, venderlo o refinanciarlo a futuro.
El caso Blackroom: ejecución real, resultados concretos
Blackroom es uno de los operadores hoteleros más jóvenes y disruptivos de Colombia. Desde su inicio en marzo de 2023, ha logrado operar más de 8 hoteles en ciudades como Medellín y Cali, y proyecta 4 nuevas aperturas en 2025, además de 17 contratos firmados para operaciones futuras hasta 2027, incluyendo proyectos internacionales.
Su enfoque está en activos “selected service” de 3 y 4 estrellas, desde 35 habitaciones, en segmentos midsize y con operación eficiente sin intermediarios. Cada hotel es gestionado con un modelo operativo liviano, adaptado a su realidad, sin cargar la estructura con costos fijos innecesarios.
A diferencia de modelos tradicionales, Blackroom personaliza cada operación según el activo y el mercado. Hay casos en los que ha duplicado la rentabilidad de hoteles que antes estaban subutilizados. Trabaja bajo marca blanca, lo que permite mantener o crear marcas propias sin pagar franquicias ni perder control.
Opera con un esquema de cobro basado en resultados: un porcentaje sobre utilidades más un fee variable a éxito. Esto alinea directamente los incentivos entre inversionista y operador.
Además de la operación diaria, Blackroom ofrece acompañamiento desde la etapa de diseño del hotel, con estudios de mercado, análisis arquitectónicos, definición de tarifas y estandarización de procesos. Su integración vertical permite gestionar comercialmente, operar en sitio y administrar activos con enfoque financiero y reputacional.
Los resultados son medibles: en 2024, el promedio de GOP en sus hoteles fue en promedio del 38% superior al de propiedades comparables operadas bajo cadenas tradicionales en las mismas plazas.
Conclusión: elegir operador es elegir rentabilidad
No todos los operadores sirven para todos los hoteles. Elegir una cadena puede tener sentido para grandes desarrollos en destinos internacionales. Autogestionar puede parecer viable, pero suele ser ineficiente. Para muchos activos en Colombia, el modelo marca blanca ofrece el mejor equilibrio entre control, rentabilidad y adaptabilidad.
Elegir bien no es una cuestión de logos. Es una decisión de negocio. Y si el objetivo es eficiencia con resultados reales, operadores como Blackroom merecen estar en la conversación desde el primer día.
Alejandro Gonzalez
Founder of Blackroom
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