Cartagena es un mercado exigente, con picos estacionales, turismo internacional y alta competencia. Blackroom opera con estructura liviana, tarifas dinámicas y enfoque total en utilidad neta para el inversionista.
Cartagena tiene un potencial enorme para hotelería, pero también una de las curvas operativas más complejas del país. El turista es internacional, exigente, estacional, y las zonas premium tienen costos fijos altos.
Invertir aquí sin entender la estacionalidad, la presión tarifaria y los costos reales de operación puede hacer que el negocio se vuelva insostenible. Por eso el operador importa más que en cualquier otra ciudad.
Muchos desarrolladores caen en dos errores:
Un operador que no impone su propia marca sino que valoriza la marca del inversionista, trabaja con control de gastos y ejecuta con tarifas ajustadas a temporada real. En Cartagena, cada día del año puede tener un comportamiento distinto: no se puede operar valiéndose solo de promedios.
Nuestro enfoque es claro:
Y, sobre todo, alineación con el inversionista: si no hay utilidad, nosotros tampoco ganamos.
Cartagena puede ser una mina de oro o un error costoso. Depende de quién opere tu hotel.
Blackroom busca llenar bien tu hotel, cobrar lo más alto posible sin afectar ocupación y entregar utilidad mes a mes.